DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LA INFECCIÓN ANAL POR VPH
El Virus del Papiloma Humano (VPH) se transmite fácilmente a través de relaciones sexuales en las que el epitelio cutáneo y mucoso queda expuesto. Es un virus muy frecuente. De hecho, diversos estudios han determinado que gran parte de la población entrará en contacto con él a lo largo de su vida. A diferencia de las infecciones bacterianas no tiene un tratamiento específico, aunque en la mayoría de los casos esta infección se resuelve espontáneamente.
Existe la posibilidad, no obstante, de convertirse en persistente. Al ser el Virus del Papiloma Humano un microorganismo que induce la proliferación celular, existe una relación directa con determinados cánceres en el cuello del útero, ano, vagina, pene, vulva, y orofaringe.
En nuestra unidad de patología ano-rectal creemos que la prevención y el diagnóstico precoz es la mejor manera de luchar contra el cáncer. Es por ello que, a los pacientes considerados de riesgo, en relación al cáncer de ano o que consultan por lesiones relacionadas con infección por VPH como es el caso de las verrugas genitales o condilomas, les ofrecemos un programa de detección sistemática del Virus del Papiloma Humano y tratamiento de esta patología.
Se trata de identificar lesiones en el canal anal y región perianal no detectables en la exploración proctológica convencional. En caso de existir alguna lesión, ésta deberá ser tratada para evitar una posible degeneración maligna.
Nuestro protocolo incluye la realización de una citología de canal anal para la identificación de alteraciones celulares, y un genotipado VPH para la detección cualitativa del genotipo del Virus del Papiloma Humano, lo que nos permite conocer el tipo o tipos de virus identificados.
En caso de apreciar alteraciones en las pruebas anteriores, el siguiente paso consistirá en la realización de una Anoscopia de Alta Resolución para la visualización a gran aumento del epitelio. Una prueba llevada a cabo con el objetivo de detectar alteraciones o lesiones en la mucosa que deberán ser biopsiadas.
Si la biopsia confirma la lesión, el tratamiento consistirá en la eliminación del tejido afectado, mediante terapia tópica no ablativa sobre las lesiones visualizadas, o bien mediante técnicas ablativas como infrarrojos, crioterapia, electrocoagulación o láser CO2.